Leishmaniasis

miércoles, 30 de abril de 2008

Kala-azar

Definición

Es una enfermedad parasitaria transmitida por la picadura del flebótomo o mosquito simúlido.

Causas, incidencia y factores de riesgo

Existen diferentes formas de leishmaniasis:

  • La leishmaniasis cutánea (leishmaniasis cutánea del Viejo Mundo) está producida por Leishmania tropica y especies del complejo L. tropica (L. major y L. aethiopica), distribuida en amplias regiones de Asia, África y Europa (cuenca Mediterránea). Se caracteriza por una lesión única en la zona de picadura del mosquito (botón de Oriente), de evolución crónica, que aumenta lentamente de tamaño y se ulcera. Afecta la piel y las membranas mucosas. Esta úlcera cutánea puede permanecer dura con costras (forma seca) o bien exudar un material serosos líquido (forma húmeda). En ambos casos y en ausencia de tratamiento, la lesión se resuelve espontáneamente en un período de aproximadamente un año, aunque en algunos casos puede quedar una cicatriz importante, o puede durar meses o años antes de sanar por sí sola. La úlcera cutánea puede semejarse a úlceras producidas por otras enfermedades, como tuberculosis, sífilis, lepra, cáncer de piel e infecciones micóticas. En unas pocas personas, las llagas se pueden desarrollar en las membranas mucosas.
  • La leishmaniasis sistémica o visceral (kala-azar, fiebre dum-dum) es producida por Leishmania donovani y especies del complejo L. donovani (L. infantum y L. chagasi), afecta el cuerpo entero y ocurre de 2 a 8 meses después de que la persona es picada por el flebótomo. La mayoría de las personas no recuerdan haber tenido una llaga en la piel. Se caracteriza por producir una afectación importante del hígado y bazo, con un marcado aumento de estos órganos, pérdida de peso y emaciación. Es una enfermedad grave que, en ausencia de tratamiento, evoluciona hacia un cuadro fulminante mortal en pocas semanas, o hacia una enfermedad crónica con deterioro progresivo, mortal en 1-2 años. Los parásitos dañan al sistema inmunitario disminuyendo el número de células que combaten la enfermedad.
  • La Leishmaniasis cutáneomucosa (leishmaniasis cutánea del Nuevo Mundo, o leishmaniasis tegumentaria americana) es producida por Leishmania braziliensis (L. guayanensis, L. Panamensis, L. peruviana, L. lainsonai y L. mexicana) y especies del complejo (L. amazonensis, L. pifanoi y L. venezuelense). Las lesiones características comienzan de un modo similar, aunque son múltiples, a las de la leishmaniasis cutánea, pero producen una intensa destrucción de las mucosas y cartílagos de las zonas afectadas e importantes lesiones deformantes.

Se ha informado de casos de leishmaniasis en todos los continentes, a excepción de Australia. En los países de América, esta infección puede encontrarse desde México hacia el sur hasta el continente Suramericano. Se han reportado casos de leishmaniasis entre algún personal militar que regresó del Golfo Pérsico.

Síntomas

En los niños, la infección visceral y sistémica empieza generalmente de una manera súbita con vómitos, diarrea, fiebre y tos. En los adultos, se presenta una fiebre que dura de 2 semanas a 2 meses, acompañada de síntomas inespecíficos como fatiga, debilidad y pérdida del apetito. La debilidad aumenta a medida que la enfermedad empeora.

Otros síntomas de la leishmaniasis visceral y sistémica pueden ser:

  • Tos (en los niños)
  • Diarrea (en los niños)
  • Fiebre que persiste por semanas y que puede aparecer y desaparecer en ciclos
  • Sudores nocturnos
  • Piel escamosa, grisácea, oscura y pálida
  • Adelgazamiento del cabello
  • Malestar abdominal vago
  • Vómitos (en los niños)
  • Pérdida de peso

La leishmaniasis cutánea afecta la piel y membranas mucosas. Sus síntomas son, entre otros:

  • Dificultad para respirar
  • Llagas en la piel (mácula o pápula)
  • Úlcera cutánea (se forma en el área de la lesión original); úlcera que sana muy lentamente
  • Pueden formarse lesiones más pequeñas alrededor de la úlcera (lesiones satélites)
  • Obstrucción nasal, rinorrea y hemorragia nasal
  • Dificultad para deglutir
  • Úlceras y desgaste (erosión) de tejidos en la boca, la lengua, las encías, los labios, la nariz y el tabique nasal)

Signos y exámenes

Un examen físico puede mostrar signos de agrandamiento del bazo, del hígado y de los ganglios linfáticos. Es posible que el paciente tenga antecedentes de haber sido picado por flebótomos o mosquítos simúlidos o de haber estado en un área donde se sabe que se presenta la leishmaniasis.

Los exámenes que se pueden hacer para diagnosticar la afección abarcan:

Otros exámenes que se pueden realizar son:

Tratamiento

Los principales medicamentos utilizados para tratar la leishmaniasis son los compuestos que contienen antimonio y abarcan:

Otros de los medicamentos que se pueden utilizar son:

Puede necesitarse una cirugía plástica para corregir la desfiguración por las lesiones faciales destructivas (leishmaniasis cutánea). De igual manera, la extirpación del bazo (esplenectomía) se puede requerir en casos de leishmaniasis visceral resistente a los medicamentos.

Pronóstico

Las tasas de curación son altas con los medicamentos apropiados y el tratamiento se debe recibir antes de que se presente daño al sistema inmunitario. La leishmaniasis cutánea puede llevar a la desfiguración.

La muerte se suele presentar por complicaciones, como otras infecciones, más que por la enfermedad en sí y, a menudo, ocurre en un período de dos años.

Complicaciones

  • Infecciones mortales debido a daño del sistema inmunitario
  • Desfiguración facial
  • Hemorragia (sangrado)

Situaciones que requieren asistencia médica

La persona debe consultar con el médico si tiene síntomas de leishmaniasis después de haber visitado un área en donde se sabe que se presenta la enfermedad.

Prevención

La forma más inmediata de prevención es protegerse de las picaduras de los mosquitos simúlidos o flebótomos. El uso de repelentes de insectos, ropa adecuada, mallas en las ventanas y toldillos alrededor de las camas (en áreas endémicas) reducirá la exposición.

Son igualmente importantes las medidas de salud pública para reducir las poblaciones de flebótomos y los estanques de animales. No existen vacunas ni medicamentos preventivos para la leishmaniasis.

Referencias

Reithinger R. Cutaneous leishmaniasis. Lancet Infect Dis. Sep 2007; 7(9): 581-96.

MEDLINE. Enciclopedia Médica. http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/encyclopedia.html 2007

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